El papa Francisco recordó ayer lo que llamó “bella intuición, inspirada por el Espíritu Santo”- de San Juan Pablo II, que, en el jubileo del año 2000, instituyó que la Iglesia dedicara el domingo siguiente a la Pascua a la Divina Misericordia, informa el portal de Radio Vaticana y otros medios de prensa.
“Jesús Resucitado ha transmitido a su Iglesia, como primera tarea, su misma misión de llevar a todos el anuncio concreto del perdón. Este signo visible de su misericordia lleva consigo la paz del corazón y la alegría del encuentro renovado con el Señor”, dijo el Pontífice.
“La misericordia compromete a todos a ser instrumentos de justicia, de reconciliación y de paz”, subrayó.
“La misericordia es un modo verdadero de conocimiento. Sabemos que la conocemos a través de diferentes formas: el sentido, la intuición, la razón y otros. Se la puede conocer también a través de la experiencia de la misericordia, porque la misericordia abre la puerta del espíritu para comprender mejor el misterio de Dios y de nuestra existencia personal”, agregó.
También apuntó: “la misericordia nos hace comprender que la violencia, el rencor, la venganza no tienen ningún sentido y la primera víctima es aquel que vive estos sentimientos, porque se priva de su dignidad. La misericordia también abre la puerta del corazón y permite expresar la cercanía sobre todo hacia aquellos que están solos y marginados, porque los hace sentirse hermanos y hermanas de un solo Padre. Favorece el reconocimiento de aquellos que tienen necesidad de consuelo y hace encontrar palabras que los reconforten”.